miércoles, 18 de junio de 2014

Bandura

                                         Bandura


Introducción:
Hay teorías que acentúan la importancia de impulsos y motivos internos de carácter inconsciente, y desvalorizan el papel de las interacciones y propósitos consientes del sujeto en la regulación de su propia conducta. El modelo de aprendizaje propuesto por el conductismo radical subraya hasta tal punto la influencia de las contingencias del medio que termina también por despojar al sujeto de su papel autodirectivo en la determinación de la conducta. La teoría cognitiva social formulada por Bandura trata de proporcionar una caracterización lo más completa y sistemática posible de los factores, tanto internos como externos, que influyen en los procesos humanos de aprendizaje. Esta teoría tiene un carácter fundamentalmente descriptivo y taxonómico. Es como un gran esquema de síntesis que describe minuciosamente los determinantes de la conducta. Sin embargo, en general no define paso a  paso los mecanismos concretos a través de los cuales se ejerce la influencia de tales determinantes. La perspectiva cognitiva social del aprendizaje parte de un modelo de determinación recíproca entre el ambiente, la conducta y los factores personales. Bandura habla de reciprocidad triádica: los comportamientos dependen de los ambientes y de las condiciones personales. Estas a su vez, dependen de los propios comportamientos y de los contextos ambientales, los cuales se ven afectados por los otros dos factores. Esta reciprocidad no significa simetría en cuanto a la intensidad de las influencias bidireccionales; la influencia relativa de los factores ambientales, personales y comportamentales varía en función del individuo y de la situación. Cuando las condiciones ambientales son muy restrictivas y demandantes pueden prácticamente obligar a realizar una determinada conducta. De estos factores personales, la teoría cognitiva social acentúa precisamente aquellos que contribuyen a dar un halo de autodirección, a proporcionar una impresión de la conducta humana como producida por un agente intencional y reflexivo: 1) la capacidad simbolizadora; 2) la capacidad de previsión; 3) la capacidad de aprendizaje a través de la observación y el modelado; 4) la capacidad autorreguladora y 5) la capacidad de autorreflexión.

            Aprendizaje por observación:
La teoría cognitiva social ha acentuado la importancia del aprendizaje por observación, y la influencia del modelado en la conducta humana. Bandura dice que afortunadamente, la mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado. Estudios han permitido establecer varios efectos posibles que puede tener el aprendizaje por observación: 1) un efecto instructor que implica la adquisición de respuestas y habilidades cognitivas nuevas por parte del observador, 2) efectos de inhibición o desinhibición de conductas previamente aprendidas; 3) efectos de facilitación; 4) efectos de incremento de la estimulación ambiental; y 5) efectos de activación de emociones.
La teoría de Bandura hace hincapié en los procesos subyacentes al aprendizaje observacional: éste depende, en primer lugar, de la atención por el observador a las actitudes o demostraciones del modelo. También de la codificación simbólica y retención de esas actividades. En tercer lugar, de procesos de producción que regulan la organización de las subhabilidades componentes en nuevos patrones de respuesta. Por último de aspectos motivacionales.
Por otra parte, la eficacia del aprendizaje por observación depende de factores de memoria. Entre éstos ocupan un lugar fundamental los que implican la recodificación simbólica de las actividades de los modelos. La práctica efectiva o mental de las actividades de los modelos es también un determinante básico del aprendizaje observacional. Por último el aprendizaje observacional está muy determinado por los procesos de motivación. La teoría cognitiva social del aprendizaje establece tres grandes tipos de incentivos: directos, vicarios y autoproducidos. Cuando vemos que otra persona obtiene una recompensa al realizar una determinada conducta, tendemos a imitar esa conducta. En este caso se habla de un incentivo vicario. Las recompensas no tienen por qué ser necesariamente externas ni proporcionadas por otros, pueden ser internas y autogeneradas. Pero el aprendizaje por observación no se limita a la adquisición de conductas concretas, sino que también permite la adquisición de reglas abstractas, conceptos y estrategias de selección, búsqueda y procesamiento de la información.

            Aprendizaje y predicción:
Frente a la tendencia tradicional en los modelos conductistas a entender el aprendizaje como el resultado de la formación mecánica de asociaciones entre estímulos, o bien entre estímulos, respuestas y consecuencias, la teoría de Bandura recurre a procesos cognitivos internos incluso para explicar las formas más simples de aprendizaje como el condicionamiento clásico y la formación de conductas operantes simples. Como dice Bandura los humanos no se limitan a responder a los estímulos del medio, sino que los interpretan. Los estímulos influyen en la probabilidad de que se efectúen determinadas conductas gracias a su función predictiva y no porque se vinculen automáticamente a las respuestas.
En este caso, el profesor no solo proporciona modelos de conducta, actitudes y estrategias a los alumnos, sino que establece, queriéndolo o no, un medio estimular previsible sobre el que trabajan activamente los mecanismos predictivos de los alumnos. Estos son capaces de extraer información predictiva de reglas sociales sutiles. El valor predictivo de las contingencias de aprendizaje no solo es una propiedad de las contingencias directas. La capacidad simbólica humana permite que se adquiera esa información predictiva sin pasar por procesos de aprendizajes a través de la experiencia propia. Además, los actos de los demás también tienen un valor informativo de carácter predictivo. En suma, la teoría cognitiva social considera que el aprendiz es un predictor activo de las señales del medio y no un mero autómata que forma asociaciones. Ese predictor aprende expectativas y no sólo respuestas, y tales expectativas son aprendidas gracias a la capacidad de atribuir valor predictivo a las señales del medio.

            Motivación y aprendizaje:
Por lo general, las acciones que implican recompensas tienden a repetirse y las que no a eliminarse.las consecuencias de las respuestas influyen en la conducta pero de una forma antecedente, porque crean la expectativa de que en futuras ocasiones los resultados serán similares. Puede decirse que son las elaboraciones cognitivas más que las contingencias reales del medio, las entidades explicativas en este modelo. Por otra parte la teoría cognitiva social, insiste en la importancia de reforzadores varios e intrínsecos y no sólo de los de carácter externo.  Los refuerzos intrínsecos están condicionados por el concepto que la persona tiene de su propia eficacia y por los sistemas de autoevaluación que emplea. En la teoría cognitiva social el interés surge como consecuencia de las satisfacciones que se derivan del cumplimiento de las metas internas desafiantes y de las autopercepciones de eficacia generada a partir de los logros propios y de otras fuentes de información sobre la eficacia.

            La importancia de acentuar, en los ambientes educativos, las relaciones entre conductas y contingencias de forma que tales relaciones sean fáciles de reconocer para los alumnos. También la importancia del ejercicio que, al automatizar rutinas más simples, libera capacidades de pensamientos simbólicos consiente que pueden dedicarse a tareas más complejas.

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